Atonement

“QUERIDA CECILIA, EN MIS SUEÑOS BESO TU…”

Para los que me conocen no es un secreto que Atonement es una de mis películas favoritas.   Su narrativa, la fortaleza actoral, la dirección de arte, la adaptación del guión y su impecable vestuario, a cargo de la gran Jacqueline Durran, se ganaron un lugar en mi corazón.

En este Movie Clip, nos centramos en dos secuencias del film, en las que el vestuario se convierte en un recurso fundamental para dar a entender sensaciones y actitudes de los personajes.

La primera secuencia nos muestra a los dos protagonistas, mientras cada uno, por separado y a su manera, se prepara para asistir a una cena donde se encontrarán. Ambos, elucubran ideas, fantasías, diálogos, y por supuesto, se acicalan y se visten para aquel momento.  Una escena que sin duda es un ritual, una apología al vestuario como gestualidad y literalidad.  Aquí, aparece por primera vez en la película, uno de los trajes más bellos en la historia del cine de los últimos años; el vestido verde esmeralda que luce Cecilia (Keira Knightley) durante esa noche.  Las joyas, diseñadas por la firma Chanel, resultan ser el complemento ideal para el atuendo, en este caso, un brazalete y un broche para el pelo, los dos de diamantes, que son además, el toque de altivez, que dan cuenta de la clase social a la que pertenece la protagonista.  Quien no elige su vestuario al azar, no en vano, la silueta del vestido y sus sutiles detalles de diseño, unidos a las virtudes de la seda, tela en la que se confeccionó el traje; le brindaron a esta mujer no solo belleza y feminidad, sino también, la sensualidad justa para impactar a su amado.  Tal y cómo ocurre en la segunda secuencia del Movie Clip, en la que vemos el encuentro de ambos y su particular declaración de amor.