Sí al Bogotá Fashion Week porque ha demostrado una solidez y coherencia que fortalece la industria de la moda colombiana. No olvidemos que, en nuestro país, a excepción de Colombiamoda y Colombiatex, es recurrente que las ferias vivan, revivan y desaparezcan de manera constante; justamente, porque su razón de ser no está clara y, por ende, su respaldo económico tampoco. En el caso del BFW ocurre lo contrario, este evento ha ganado solidez y posicionamiento, precisamente porque sus objetivos y sus alcances están definidos, como feria ha venido creciendo y afinando su radio de acción. Hoy el espacio de formación para las marcas y diseñadores está altamente cualificado, pues cuenta con un pull de asesores y consultores expertos de un alto nivel, tanto así que las marcas y los diseñadores de trayectoria, encuentran allí procesos y asesorías valiosas acordes al momento de marcas, del mercado y de sus necesidades de cara a sus retos en cuanto al negocio, su identidad y el mercado actual.
Otro sí definitivo para el Bogotá Fashion Week es el tema de curaduría de pasarelas, el cual considero bastante atinado y tonificante. Me gusta la selección que se ha realizado, porque hay un lugar amplio para el diseño de autor, un modelo que nuestra industria tiene que cuidar de manera atenta y constante, pues el diseño de autor también alimenta la moda masiva, de hecho, siempre está en el radar de la moda masiva y es así cómo los códigos saltan de un modelo al otro. Para la muestra la invitación al BFW de algunas marcas de San Victorino, un sector de Bogotá netamente dedicado al modelo de ropa masiva. Es decir, en el evento se vió qué puntos de encuentro existen entre los modelos de autor y masivo; además, cómo la aspiracionalidad es una condición que aplica para todos los modelos, porque en innata en la moda.
En esta primera entrega resalto cuatro marcas que presentaron colecciones que reflejan claramente miradas sólidas, apuestas serias a diferentes recursos de diseño y técnicas aplicadas de manera rigurosa.
Andrea Landa
La propuesta de Andrea Landa tiene un punto aparte en la moda colombiana de cuenta de su experticia en el manejo del cuero y cómo le imprime un sello sensual y elevado . El mundo de esta firma nos presenta tantos matices alrededor de este material, que las gratas sorpresas nunca terminan. Esta vez, Andrea hace una interpretación del desierto de Sahara y lo trae en forma de prendas hasta la pasarela. Podría decirse que en el BFW vimos una tribu de beduinos ataviados con redes que simulaban atardeceres o túnicas en sedas y piel que envolvían el cuerpo de manera holgada y sofisticada. La capacidad que Andrea tiene para “moldear”, crear volúmenes y generar caídas a partir del cuero es sencillamente increíble. Eso, sin contar el tema del tacto y la textura en las piezas, que logran ser tan suaves y livianas que te maravillas con el tratamiento de este material. El tema de las técnicas y las tonalidades del cuero es otro tema, producto de su extensa experimentación, la cual nunca termina y siempre nos hace sonreír. Amé el total look blanco femenino, la modelo se veía como una verdadera diosa del desierto, también me encantaron los acentos amarillos en las piezas.
Alado
Alejo y Andrés, los creativos de Alado nunca nos defraudan, especialmente, porque en sus colecciones siempre nos cuentan historias de principio a fin y eso enamora. Prueba de ello es Tierradentro, su nueva colección, en la cual plasmaron su imaginario del caribe colombiano, una visión que no necesita recurrir a los boleros o las referencias literales del verano, para traer a la moda la cultura mágica de esta región; porque el caribe también se cuenta a través de su gente, su arquitectura, sus paisajes y la nostalgia que genera. Aquí vimos cómo el caribe puede atravesar diferentes ocasiones de uso y estilos con el sello de Alado; desde el clásico suit, vestidos holgados propios de la marca, diferentes looks llenos de colorido pensados para la noche, hasta un outfit urbano con una versión de jumper al estilo Alado. El color fue otro factor relevante en esta pasarela, su presencia en prendas sólidas y en maxiestampados llenaron de hilaridad esta historia de moda; no puedo dejar de destacar el azul cielo pastel como uno de los tonos más importantes en esta paleta, pues atravesó prácticamente toda la colección. Alejo y Andrés experimentan constantemente, en su taller las novedades y las exploraciones son parte del día a día y, precisamente, en colecciones como esta nos demuestran su fortalezas en técnicas como el bordado, la ilustración y el uso de diferentes insumos y materiales textiles que una vez convertidos en prendas le aportan diferenciación en la apariencia de las texturas. Además, no olvidemos que en el tema de sostenibilidad, fueron pioneros en el uso de textiles elaborados a partir de botellas PET recicladas. Amé los suits en tonos azul y verde, también el look de corpiño en transparencias y falda amplia azul.
Atelier Crump
Diana Crump, la diseñadora de esta firma ha trabajado arduamente durante los últimos años para llevar un paso más allá su marca. Si bien, originalmente conocimos a Atelier Crump como una propuesta de trajes con un componente de estampación alto, Diana entendió que las dinámicas de la moda le exigían explorar otras posibilidades y, fue así como tomó el riesgo de incluir nuevas opciones para su firma, todo a partir de la clásica esencia elegante y versátil que caracteriza a Atelier Crump. Precisamente, en su nueva colección vemos una propuesta llena de clasicismo moderno en las siluetas, las cuales poseen un trabajo de sastrería impecable. La mujer que vimos en esta pasarela tiene un guardarropa influenciado por el armario masculino, con la dosis perfecta de feminidad, seguridad y un toque de diversión por cuenta de algunos bordados que le dan a algunas prendas un lenguaje cifrado lleno de frescura. Amé el suit de lentejuela azul profundo y el look de mesh negro con trench de terciopelo y forro estampado.
Cala de la Cruz
En 2018 Carolina López lanzó su marca Cala de la Cruz. Una propuesta de beachwear que, en poco tiempo, no solo acaparó la atención de muchos, también logró cautivar comercialmente al mercado colombiano e internacional, a tal punto que hoy Cala de la Cruz está presente en grandes plataformas como Moda Operandi. Hace seis años, Carolina le apostó a una propuesta diferenciada en trajes de baño, cuyo componente de estampación y manejo del color, fuera ligero, abstracto y un tanto desenfadado. Una lógica que también aplicó a vestidos, pantalones, faldas y pareos, entre otras prendas; alineando a Cala de la Cruz con el universo resort. Hoy, la evolución de Cala de la Cruz ha representado un fortalecimiento, en esas prendas para el segmento y en la pasarela del BFW incorporó el brillo a su sello; las lentejuelas y el lúrex, se suman ahora para darle sutiles toques glam y disco a sus diseños. Amé el traje de dos piezas de lentejuelas, un mix entre el Studio 54 y la estética italodisco de los ochenta, traída al ahora.
Pronto la segunda parte de este especial, por ahora cuéntenme qué piensan del BFW y de estos destacados. ¡Los leo!