LO MEJOR DEL BOGOTÁ FASHION WEEK – PARTE II

Cuatro propuestas con varios denominadores en común: la experimentación con textiles, materiales, técnicas tradicionales y sartoriales. Aquí les cuento por qué estas otras cuatro colecciones se suman a mis favoritas del Bogotá Fashion Week.

Tejidos Rebanca

Si hubo una pasarela con un componente emocional, fue esta.  Y lo digo porque lo que se vió en esta colección fue la materialización de una poderosa tradición de técnicas artesanales como el tejido en telar horizontal, el hilado a mano, la tintura con plantas, el fieltro húmedo y el fieltro seco.  ¿Con qué frecuencia reivindicamos nuestro bagaje cultural a través de la moda? y, más aún, ¿qué tan dispuestos estamos a darle un lugar al componente artesanal en nuestro día a día? Estas son preguntas que surgen cuando aparecen marcas como Tejidos Rebanca, que llega con todo el ímpetu boyacense a demostrarnos que las técnicas de tejido artesanal están vigentes, son potentes y podemos crear con ellas verdaderas piezas de arte para llevar en la cotidianidad.

Desde Iza, un municipio mágico en su arquitectura y geografía, llega esta propuesta para dejarnos literalmente sin aliento, pues esta fue una colección en la que se encontraron la tradición y el ahora, para decirnos: hay que darle una vuelta de tuerca a la visión de la rapidez en la moda y abrazar la atemporalidad y la belleza del tejido artesanal en su versión más pura. Amé el look con chaleco largo verde azulado, aquí hay una especial exploración de los colores, además de la mezcla de técnicas que confluyen en esta pieza: bordado, flecos y tejidos.

La Petite Mort

Jonathan Cortez y Andrés Durán, nos dieron el gusto de ver cómo la sastrería transciende las formas clásicas y puede deleitarnos con un sinnúmero de posibilidades. Esto sumado al tejido en su versión rústica, tradicional y elevada; un mix de características que llevaron a la pasarela una historia inspirada en el maíz, sus formas y sus colores.  La idea envolvente de protección, capas, hilos y movimiento, se fundió en una gama de tonalidades que describían los amplios matices del maíz.  Otro punto importante de esta pasarela fue el estilismo, para mí el mejor de toda la feria; los sombreros tejidos de ala amplia y las gafas oscuras fueron un recurso más que atinado para darle un cierto halo uniforme a los modelos en sus rostros, dándole un total protagonismo a los looks.  Otro acierto fue el calzado, botas y zapatos intervenidos con grafías alusivas a la temática de la colección; estos estuvieron a cargo de Society Boots; también me encantaron los collares de grandes pepas, que iban tono a tono con los colores de las prendas. Amé el look de blazer sin mangas y tejidos envolventes; un match completamente La Petite Mort.

Joeg

Ver una pasarela de Joeg es reivindicar el: sí se puede.  José Julián Guerrero, el creativo detrás de esta marca tuvo que empezar muchas veces desde cero para consolidar su propuesta y, en el 2020 al ritmo de techno y rock, decide intentarlo de nuevo; el resultado es una marca que siempre piensa cómo ser diferente, teniendo claro que su fuerte son las prendas muy elaboradas: chaquetas, pantalones, trenchs, blazers, vestidos o faldas.  Una firma dirigida a quienes aman la sofisticación desde las tonalidades oscuras, la connotación utilitaria, la experimentación en textiles y siluetas y, por supuesto, el riesgo en los looks.  En esta pasarela nos presenta, justamente, su habilidad en la interpretación de un armario al estilo Joeg.  El drill, el cuero, el paño, los antifluidos, las franelas, el lino y el perchado conviven en una colección en la que predomina el color insignia de la marca: el negro. Aquí, José Julián juega con las muchas posibilidades en las siluetas, lo hace sin miedo y con el gusto que le da crear para ese consumidor que puede lucir piezas contundentes en diferentes escenarios, prendas en muchos casos sin género y sin vetos, por ejemplo, las faldas para hombres son una constante en sus colecciones. Amé la falda globo y drapeada de tafetán; esta pieza tiene su historia…en el último fitting de la pasarela, la chaqueta de ese look llevaba un pantalón, pero a José Julián no le convenció y decidió reemplazar el pantalón por una falda que se hizo en último momento, en menos de 24 horas. Para mi una pieza clave y muy probablemente un bestseller para la marca, creo no equivocarme.

Papel de Punto

Laura Acevedo decidió tener en los tejidos su mejor técnica para contar historias gráficas y, abrir en nuestro medio, un nuevo espectro de posibilidades en cuanto a prendas tejidas se refiere; pero no estamos hablando de cualquier prenda tejida, estamos hablando de piezas contundentes, las cuales en ciertas ocasiones están alineadas con siluetas en tendencias o experimentaciones de la diseñadora.  En otros momentos simplemente retoma formas básicas propias de la marca como los sweaters o cardingans. El punto es que, independiente de la silueta, el poder de su información gráfica y el juego de color, convierten a las prendas de la marca en statements y, de paso, en piezas de largo aliento en el tiempo, es decir, son atemporales.  Esto es justamente lo que vimos en la pasarela de Papel de Punto en el BFW, una interesante suma de piezas que tienen una alta dosis de versatilidad, particularmente las veo como un domino, cada prenda es una ficha que se puede unir a otras tantas y ser parte de diferentes outfits.  Amé el look de prints de “ladrillos”, un coordinado de buso y falda con amarre a manera de pareo.  También el par de vestidos azules, que para mí fue un guiño a las gemelas del Resplandor de Stanley Kubrick.

Cuéntenme qué piensan de estas pasarelas y cuáles son sus favoritas. ¡Los leo!