Una brisa fresca, un soplo ligero que recorre la cara hace que el pelo se mueva con cierto caos. Cierras los ojos, ahí estás, respirando, oliendo, sintiendo ese lugar donde el agua nace y corre, donde los colores son fríos, pero de repente una flor vibrante asalta tu mirada y donde reina la calma. Justo ahí, en ese meditativo espacio, percibes un balance perfecto entre los opuestos, un equilibrio gracias al cual todo cobra cierto sentido. En este lugar… el amo es el viento, el amo es el espíritu.
Después de visitar la laguna de Guatavita, esos parajes que encierran la leyenda de El Dorado y la mitología muisca, Verónica Franco, retoma las sensaciones que despertaron en ella estos paisajes, y junto a la filosofía que los antiguos habitantes de la región tenían, acerca de que cada ser animado o inanimado posee un espíritu, desarrolla la nueva colección de Tigre de Salón, a la que nombra Viento.
Una vez más, la marca, mira hacia lo esencial y lo traduce en objetos que portan historias. La funcionalidad y la sencillez, como cualidades latentes de esta propuesta, se materializan en bolsos de mano, morrales, maletines y carteras, que a su vez, le brinda a quien los luce la opción de usarlos de diversas formas.
Diseños rectos contrastan con las líneas curvas, los colores neutros y los acabados de los cueros, lo que da como resultado una suerte de rustico lenguaje que caracteriza a la firma. Piezas pensadas para conjugarlas a la cotidianidad de una manera armónica, un estilo de vida en el que la sutileza predomina con un marcado halo a la naturaleza que las inspiró.
Créditos:
Fotografía: El Rincón Foto y Daniel González
Styling: Verónica Franco y Luis Martín Velásquez
Maquillaje: Valentina Robledo
Modelo: Juana Martínez para Informa Models