Conozco a Juan David Vargas y su firma de joyería, llamada Lastra, desde hace varios años. Y si bien, él y yo, ya habíamos hablado un poco acerca de su trabajo, solo hasta ahora tuvimos una conversación profunda sobre el origen de Lastra y sus características de diseño, una entrevista en la que además entendí, más aún, su propuesta y, de paso, compartió conmigo algunos insights acerca de él y su labor como joyero que me resultaron reveladores y llenos de encanto (para escuchar la entrevista completa, solo tienes que ir al final de este artículo y darle clic).
Lo curioso es que cuando hicimos la entrevista, ni él ni yo nos imaginamos que, de esa conversación telefónica, también resultaría un valioso registro sonoro lleno de espontaneidad que, me pareció que reflejaba y explicaba claramente la esencia de Juan David y su propuesta de joyería. Por ejemplo, yo desconocía que Juan estudió arquitectura en la Universidad Nacional y, cuando lo dice, hace una especie de pausa, se ríe e inmediatamente aclara que, mientras cursaba los últimos semestres ya sabía que no quería ser arquitecto, pero sí joyero. Aquí, aparece un aspecto clave de Lastra como propuesta de joyería de diseño: la enorme influencia que tiene la arquitectura en cada una de sus piezas, especialmente, la arquitectura japonesa, de ella retoma lo sutil, lo etéreo y lo contundente. Juan suele ver referentes de arquitectura para inspirarse, sus tableros en Pinterest están llenos de estas imágenes que son su punto de partida, no solo en términos de inspiración, sino también en el aterrizaje conceptual de sus joyas, las cuales elabora de principio a fin en su taller. Este, fue otro aspecto que descubrí sobre él y que, a mi manera de ver, es un tanto romántico, es decir, él se encarga de todos los procesos en su firma y cuando alguien porta una joya de Lastra, su impronta desde el concepto hasta materialización están ahí. De hecho, para Juan David, hacer una a una sus piezas de joyería es una especie de terapia, la mejor técnica para hacerle el quite a la ansiedad y por qué no, poner la mente en modo quietud, mientras la atención se concentra en doblar, moldear, pulir o ensamblar.
Lastra es una marca de joyería genderless, sus piezas no están pensadas para un género en especial, aquí la idea es que cualquier persona pueda lucirlas y, en ese sentido, sus formas tienen un aspecto estético minimalista, contundente y ergonómico, pues la idea es que generen bienestar, que las joyas se ajusten de manera armoniosa al cuerpo, este es un aspecto fundamental para Juan David. Otro punto importante en su propuesta tiene que ver con la apariencia de las joyas de Lastra, que oscila entre el dorado tradicional, la plata y el color negro; este último es una versión que ha logrado una enorme conexión con consumidores que buscan alternativas diferentes a las tradicionales. Sin duda, Lasta reúne varios factores que la hacen tan atractiva: su fabricación lenta, entendiendo este adjetivo como un modo de elaboración manual y detallado, hasta su diferenciación en diseño y apariencia, pensada para quienes quieren portar una pieza de joyería sin asociaciones de género, en la que el diseño contundente prevalece. Después de todo, no en vano se elige una joya, por eso, mi última pregunta:
-Juan, ¿qué es para ti una joya?
-¡Maria cómo me vas a hacer esta pregunta!- me dijo con gracia y un poco de desconsuelo. Yo solo me reí mucho y esperé una respuesta. Juan respiró y respondió:
-Cualquier objeto con el cual yo me pueda conectar es una joya y uno se puede conectar con los objetos de muchas formas, a veces te pueden complementar en su físico, en su outfit, en su apariencia, resaltar su carácter, pero también te pueden dar bienestar en la intimidad, una joya va más allá de un arete. Cualquier objeto con el que yo me puedo conectar, identificar y establecer una relación íntima es una joya; cuando se pone sobre el cuerpo allí también hay una relación íntima, no cualquiera me toca la oreja, no cualquier cosa está en mi cuerpo, sobre mi cuerpo, entre mi cuerpo.
Los invito a escuchar la entrevista completa, una conversación emotiva y genuina al rededor del trabajo de Juan David y su firma Lastra. Y de paso, espero sus comentarios sobre este primer episodio y cuáles temas les gustaría escuchar en A Dress to Kill. ¡Los leo!