BALLEN | PUNTO BLANCO: UNA SINERGIA INESPERADA

Tal y como Ricardo Ballen lo cuenta, la historia de esta colaboración empezó con una llamada sorpresiva. Después de ella llegaron las preguntas: ¿de qué se tratará esto?, ¿qué será lo que quieren?, ¿será que sí nos vamos a sintonizar? Cuestionamientos que se fueron aclarando a medida que los universos de Ballen y Punto Blanco se acercaban. Poco a poco, Ricardo y Carina, los creativos de Ballen, se dieron cuenta que el equipo de Punto Blanco había asimilado algo importante: que el modelo de Ballen no es rápido, tampoco industrial, por el contrario, es artesanal y lento. Claramente, Ballen es puro slow fashion. Mira el podcast que dio origen a este artículo aquí; Ballen | Punto Blanco: Una sinergia inesperada

Durante ocho meses los equipos de ambas marcas trabajaron en la conceptualización, diseño y producción de esta colaboración.

Por su parte, para Punto Blanco el norte de esta colaboración estaba muy claro: conectar desde la emoción. Como ellos mismos lo afirman: “Punto Blanco no vende ropa, Punto Blanco vende bienestar. Queremos unir fuerzas, ya sea con otras marcas o talentos colombianos, y que entre ambos crezcamos y nos volvamos más poderosos. Nosotros estamos muy orgullosos de Colombia y, definitivamente, queremos seguir trabajando para que la gente reconozca el talento que tenemos”, expresó Carolina Rueda, directora de branding de Punto Blanco.

Precisamente, materializar una colaboración entre dos marcas posicionadas ante sus públicos, pero lograr que el resultado tuviera matices novedosos que conservaran la esencia de ambas, era un verdadero reto. En este caso, el proceso implicó preguntarse: ¿cómo ganarían ambas marcas desde todos los frentes? Es decir, que la colaboración fuera sensata, que el talento brillara en medio de una narrativa donde Colombia fuera protagonista y la reflexión sobre el lujo se llevara a otras instancias, mientras se enaltece el trabajo artesanal. El resultado fue una colección de edición limitada compuesta por una cartera y cinco charms.

La silueta de la cartera retoma uno de los best sellers de Ballen; una cartera inspirada en la hamaca, un elemento tradicional colombiano que simboliza el descanso, uno de esos valores contemporáneos que son un lujo; porque hoy, en medio de las dinámicas aceleradas que vivimos, tener tiempo para disfrutar una hamaca es una suerte de privilegio. La reflexión que siguió fue: y, ¿qué acompaña una hamaca? Alrededor de ella suelen estar los jardines de los entornos campesinos colombianos. Aparecen entonces en esta historia el san Joaquín o cayena, muy común en zonas rurales y flor representativa del Carnaval de Barranquilla; la heliconia, en su versión pendulante, que solo puede ser polinizada por colibríes; la orquídea, nuestra flor nacional; el cartucho o borrachero, con su faceta ancestral y mística que tiene un lugar importante en la cosmogonía indígena; y, por último, la semilla de açaí. Con este charm, la colaboración envía un mensaje sobre el cuidado de los ecosistemas del Amazonas, pues a raíz del auge de la industria de los superalimentos, el 95 % de la fruta del açaí se desperdicia y el subproducto se vierte en vertederos amazónicos, formando auténticas montañas, o en ríos y arroyos, obstruyendo las vías fluviales.

Para muchos, la colaboración de Ballen y Punto Blanco fue bastante sorpresiva una vez salió a la luz, no solo porque se ha mantenido fiel a la esencia de ambas marcas, sino también porque unieron el saber hacer artesanal con una enorme plataforma comercial, donde la velocidad hace parte del día a día. Sin embargo, la sincronicidad hizo posible respetar los tiempos que cada pieza demandaba en su elaboración y fue así como, durante ocho meses, trabajaron de la mano para lograr impactar con una colaboración inesperada, de la cual quedan muchos aprendizajes; entre ellos, que a pesar del tamaño de una compañía, la pasión por lo que se hace es el factor diferencial, o recordar que contar una historia, conectar con el origen, las emociones y la autenticidad de ser colombianos es la mejor narrativa para crear propuestas llenas de valor: de Colombia para colombianos o de Colombia para el mundo.

La campaña de la colaboración tuvo como escenario a Río Badillo, un lugar que posee paisajes naturales en los que se unen la geografía rocosa y un impactante ecosistema fluvial.

Escucha la historia de esta colaboración en mi podcast: