LA GRACIA ESCONDIDA DE DENISE

Durante las dos primeras décadas del siglo XX, Paul Poiret fue reconocido por sus siluetas ligeras, exóticas y renovadoras; que marcaron un referente importante para la época.  De hecho, llegó a ser llamado como “El rey de la moda” en Estados Unidos, y como “El Magnífico” en Francia.

Lo que muchos desconocen, es el papel que Denise Boulet tuvo en la propuesta del diseñador.  Ella, una provinciana, amiga de los días de infancia de Poiret, se convirtió en 1905 en su esposa; y de paso, en su directora artística y musa.  Como Denise Poiret, ella lució los diseños de su marido por toda Europa y su popularidad llegó a tal punto, que fue la trendsetter del momento, fotografiada incluso por Man Ray.  Y Paul Poiret declaró sobre ella que había sido la mujer que inspiró la silueta del siglo XX.

Lo curioso, es que antes de desposarla, Denise no era precisamente alguien que llamara la atención, por el contrario, el mismo Poiret afirmó alguna vez: “Ella era extremadamente simple, y todos aquellos que admiraron su estilo desde que la hice mi esposa, ciertamente no la hubieran elegido al verla en el estado en el que yo la encontré”.  Y remató diciendo: “Yo tengo el ojo de un diseñador y vi las gracias escondidas que ella poseía”.