Como diseñadora industrial, Verónica Franco tiene claro que los objetos que concibe deben poseer esencia. Es decir, que desde la conceptualización y la elaboración se manifieste la intención con la que fueron creados, pero además, que se perciba a través de ellos la importancia de aquello que se hace paso a paso y, más aún, si esto implica contar una historia. No en vano, Tigre de Salón, nombre de la oda que Pablo Neruda dedicara al gato, fue el título elegido para contar la suya a través de su marca. Verónica traduce el amor y la conexión que siente por este animal en algunas de las cualidades de su propuesta: “Tigre de Salón es un gato que posee una belleza atípica; elegante, hábil, misterioso, curioso, silencioso. Es todo aquello que nos recuerda el placer que transmite una vida sencilla”.
Desde la universidad, su interés por la marroquinería fue innegable y su formación profesional la ha llevado a enfatizar su trabajo personal en tres características que se han convertido en las directrices de su propuesta: la forma, la funcionalidad y la naturalidad.
Para Verónica las posibilidades de diseñar bolsos son infinitas, pero sus creaciones son la formalización de una visión íntima sobre esta prenda: Total bags, clutchs, carteras, morrales y billeteras configuran las trece referencias que ha desarrollado la marca. En cada una de ellas, el tema de la funcionalidad está presente, en especial, en lo que se refiere a las opciones para modificar el uso de las prendas, una característica que amplía el matiz para las ocasiones en las que se decide lucirlas y por supuesto, brinda una mayor comodidad al momento de llevarlas.
La naturalidad se refleja de manera directa en los materiales empleados y los detalles que componen la marca. Los cueros no tienen ningún tipo de proceso, con lo que se busca que el paso del tiempo cuente la historia de la prenda; los forros son liencillos de algodón estampados con diseños propios y alusivos a esa vida sencilla e implícita que encarna esta marca.
Al referirse a Tigre de Salón, Verónica alude con gran claridad a su afán por contar una historia en doble vía; en la primera, está implícito el concepto y la filosofía detrás de la marca, diseños que se materializan gracias a las manos expertas, que cuidan cada detalle en la elaboración de las prendas. En la segunda, alguien decide llevar una de estas piezas, hacerla suya y guardar allí aquellas cosas que acompañan su cotidianidad; en otras palabras, la prenda inicia su vida útil al lado de alguien, hasta cobrar sentido propio al volverse el objeto que alojará pequeñas y grandes historias.