Durante los tres días de Colombiamoda, la velocidad es uno de los aspectos que predomina, mientras te repartes entre compromisos, eventos, desfiles y el enorme despliegue de propuestas que albergan los pabellones. En medio de eso hay algunos momentos de pausas para detenerte y empezar a procesar todo lo que allí pasa y observas. En mi caso, esas pausas son necesarias y yo diría afortunadas, pues el ejercicio de pensar y reflexionar es bastante valioso y, mucho más, si lo haces con personas vinculadas a esta industria. Precisamente, este artículo reúne algunas de mis reflexiones personales sobre Colombiamoda 2024, sumadas a algunas ideas claves de dos de esas conversaciones valiosas que tuve durante Colombiamoda; una con Gerard Ángulo, quien es el editor en jefe de Marie Claire México y Marie Claire Colombia. Y, la otra con el reconocido diseñador Jorge Duque y su coequipero Santiago Escobar, quienes han estado en Colombiamoda desde diferentes frentes, como expositores, como parte de la parrilla de desfiles e, incluso, como pasarela inaugural; esta está vez fueron visitantes. En resumen, son tres miradas que suman, analizan, valoran y aportan al evento de moda más importante de nuestro país, un gran dinamizador de la economía y de una industria que ha tenido que navegar con mucha pericia durante varios años.
Les comparto en este artículo algunos insights para tener en el radar, pero toda la reflexión completa la encuentran en mi podcast: A Dress to Kill by Maria Teresa Mesa en Spotify.
Las pasarelas revisitando el archivo de Colombiamoda
Me llamó la atención ver cómo las producciones de las pasarelas ya están referenciando el propio archivo de Colombiamoda. Concretamente, me refiero al desfile de cierre de Y / Out en las bodegas de Coltabaco; pues el efecto del piso de agua es un recurso estético que en 2004 se hizo para el desfile que Olga Piedrahita realizó en los antiguos Talleres del Ferrocarril de Antioquia en Bello y la producción y conceptualización del montaje de esta pasarela estuvo a cargo de Felipe Espinosa. Este punto de revisitar pasarelas, me parece importante mencionarlo en dos sentidos, el primero es destacar que, en la actual línea de tiempo, ya estemos presenciando el fenómeno de retomar el archivo de La Feria (no es malo, ni es bueno, simplemente es un fenómeno que ya está ocurriendo y que es importante visibilizar). El segundo aspecto es que este precedente pone de manifiesto que es clave y urgente, el ejercicio de consolidación de la memoria de Colombiamoda durante sus 35 años, una labor que es fundamental, pues se trata tener vigente lo realizado para avanzar sin desconocer lo hecho. Así, que para los que están sobre sus veintes o, incluso, en sus treintas o bueno, para los que tienen mala memoria y no se pillaron ese detalle les cuento que el tema del piso de agua, ya se había hecho antes.
Pegarse de la tendencia no es garantía de la vigencia de una marca
Esta es una reflexión específicamente acerca de la franja urbana de este año. Para ello quiero remitirme a un fenómeno que vivimos hace algún tiempo, porque creo que en ese ejemplo aplica perfectamente a este escenario. Hace diez o doce años hubo un auge muy fuerte de marcas emergentes de vestidos de baño, lo particular es que casi todas tenían un mismo referente estético, una marca muy posicionada y emblemática, cuyos rasgos estéticos muchos, literalmente copiaron, algunos con mejor factura que otros, pero en últimas era una fotocopia de los mismos recursos. Esas marcas que en ese momento copiaron al aspiracional que marcaba tendencia, vendieron y vendieron bien, pero ojo, solo durante un tiempo, porque no pudieron sostenerse al momento de evolucionar; porque recordemos que la moda no para, se nueve todo el tiempo. Así que la marca aspiracional sí evolucionó en su estética y siguió creciendo y sumando seguidoras y consumidoras, porque finalmente tenía claro su lenguaje de marca, su universo, su usuaria y sus necesidades, pero quienes se pegaron de la tendencia, no. Y justamente, esas marcas emergentes desaparecieron en pocos años. Traigo este ejemplo, porque el tema de la moda urbana en Medellín actualmente tiene un momento de pico muy alto y un nicho cautivo, sin embargo, no olvidemos que la configuración de una marca va más allá de hacer prendas en tendencia, se trata de crear un universo en el que el lenguaje, a pesar de pertenecer a un mismo segmento, tenga factores diferenciadores y lecturas muy precisas de su usuario. En Medellín hay marcas urbanas que lo están haciendo muy bien, lo vimos el año pasado en La Feria, pero con lo que vimos en esta versión, que esta sea la oportunidad para recordar que es importante no nublarse por las buenas ventas o acogida de una tendencia, porque la consistencia y el factor diferencial está el lenguaje de marca, además de la parte administrativa, estos dos aspectos son los que harán que finalmente se sostenga en el tiempo, porque no olviden que la tendencia, pasa. Dejo esta otra reflexión sobre la mesa…
No hay duda del talento que existe en Colombia
Un verdadero fan de la moda colombiana es Gerard Angulo, quien con mucha emotividad expresa: “independientemente de si las prendas están enmarcadas en un contexto comercial o de autor, no hay duda del talento de los diseñadores y las marcas colombianas. Cada prenda, cada pieza está bien hecha, tienen un buen patronaje y los textiles son perfectos. Sí, evidentemente hay que vender, pero todo está bien hecho, así que se trata de estar abiertos a todo lo que La Feria y Colombia están por ofrecernos”.
La ensoñación es clave en momentos de incertidumbre o crisis
Jorge Duque, un diseñador que en la moda de Colombia ha sabido marcar su impronta y quien ha hecho parte de La Feria en repetidas oportunidades nos da su visión, entendiendo que hubo un porcentaje alto comercial y pocas propuesta de autor: “yo pertenezco a un segmento de moda donde vivo de la magia y la ensoñación, vivo de la conversación profunda de la editorial, de la sensibilización, de pensar, quien se acerca a mi marca se acerca con esa intencionalidad y sé que estamos en un momento de incertidumbre y en este escenario ayuda la ensoñación, ayuda a mantenernos y pensar que después de este momento hay una luz y somos varias marcas que vivimos en ese lugar, con optimismo con luz y vendemos, la gente nos compra, a mi me compran la ensoñación”.
Escucha la conversación completa que dio origen a este artículo en mi podcast: A Dress to Kill by Maria Teresa Mesa