Conocí a Jonathan Cortez hace tres años, cuando él estaba a punto de graduarse como Diseñador de Modas en la Escuela de Diseño Arturo Tejada.  En ese entonces se preparaba para finalizar esta etapa y asumir un nuevo reto fuera del país, gracias a una beca en Intervención Creativa, que adelantaría en París.

Hace algunos meses regresó a Colombia, con todo el bagaje que le aportaron las experiencias vividas a su visión como persona; y claro, como diseñador de modas.  Hoy, Jonathan está dedicado a estructurar y trabajar su proyecto de diseño y, al mismo tiempo, despojado de pretensiones, pero lleno de entusiasmo, a nutrir su vida con uno de los buenos regalos que le dejó París: encontrarse con la fotografía; un recurso artístico que respeta y asume como un hobbie, pues no es profesional en el tema.

Para él se trata más bien de un ejercicio que armoniza con su trabajo y va de la mano de su profesión; es tan simple como que cada vez que obtura la cámara, su forma de ver la moda, esa que ha elaborado como diseñador, prevalece mientras se divierte.

En esta ocasión, Jonathan Cortez quiso compartir con A Dress to Kill uno de los ejercicios que realiza desde hace algunos meses, y que surgen en el proceso de querer explorar y aprender más sobre ese lenguaje que soporta su escritura en el manejo de la luz: la fotografía.

Así, la historia de esta serie fotográfica nace justo después de trabajar con Sara Mira, una joven modelo que también regresó al país.  Jonathan le sugiere hacer unas fotos que destaquen sus rasgos y su figura, ella acepta e inmediatamente él busca las prendas que considera acordes para la sesión.  Aldea, la marca de la diseñadora Carolina Sepúlveda, resulta ideal para el estilo sutil y bohemio que Jonathan quiere destacar en Sara.  Al equipo se une también Vanina Di Salvo, una maquilladora argentina que vive hace dos años en Colombia, y a quien le encanta la idea de hacer fotos con Jonathan, esas imágenes que se conciben por fuera de los esquemas comerciales y en las que puede experimentar en sus propuestas de maquillaje.  Finalmente, Esteban Vargas, diseñador y amigo de Jonathan llega para apoyar el styling de la sesión.

Este es el resultado entonces, de uno de esos momentos que nace gracias a la unión de varios talentos, cuya principal intención es pasarla bien mientras aprenden y crean.  Unas fotografías que hacen parte de un proceso que se vive entre amigos de la moda, sin presunciones y sobre todo, con gran libertad.

Créditos
Fotografía: Jonathan Cortez
Modelo: Sara Mira
Maquillaje/Cabello: Vanina Di Salvo
Styling: Esteban Vargas/Jonathan Cortez
Vestuario: Carolina Sepúlveda