Al toparme con el trabajo de Andrea Landa, no pude dejar de pensar en el tema de la herencia como uno de los pilares de esta propuesta. A primera vista, toda la información que se deriva de la construcción de sus diseños, me remitió a una gran dosis de carga artesanal: el esterillado, el tejido, el crochet.  Pero, sin duda alguna, lo que reafirmó mi percepción fue conocer de cerca sus procesos creativos, el contexto que envuelve la elaboración de sus prendas y la tradición de su familia en el mundo del diseño.

Mientras recorríamos su taller, el mismo que su madre montó hace más de veinte años para el diseño y elaboración de piezas de marroquinería, entendí cómo ese espacio había sido decisivo en su vida. Ella creció viendo a aquellos hombres y mujeres trabajar el cuero con experticia; desde muy joven estuvo familiarizada con las máquinas y las herramientas de este lugar, y ese acercamiento le permitió comprender de primera mano las virtudes y posibilidades de un material tan noble como el cuero. No fue sorpresivo entonces, que todo ese bagaje se evidenciara años más tarde cuando Andrea decidió estudiar Mercadeo y Comunicación de Moda, y posteriormente, Diseño de Moda.

En 2012 presentó su primera colección oficial en Colombia, durante CaliExposhow, y de ahí en adelante ha tenido varias pasarelas en las que ha dejado claro que el factor de la herencia es transversal a toda su propuesta.  Las prendas que hoy Andrea Landa desarrolla desde su taller (el mismo que le perteneció a su madre, y que hoy ella lidera) no solo son el resultado de su habilidad para entender el cuero, sino también la consecuencia de una visión muy personal al explorar diversos materiales y técnicas artesanales, los cuales valora por las inmensas posibilidades que surgen de ellos y por la carga cultural que tienen en nuestro país.  Para Andrea, una de sus prendas es al mismo tiempo, un homenaje al legado de muchos artesanos.

Cuando vemos una de sus piezas, varias aristas se unen para reconocer la herencia y la tradición como las grandes cualidades de la propuesta de Andrea Landa.  Al mismo tiempo, nos encontramos con una intención claramente renovadora en nuestro contexto; después de todo, no es común hallar diseños en los que el cuero sea presentado de forma diferente a la tradicional y mucho menos, mezclado con chiffones de seda, tal como ocurre con algunas de sus piezas y looks.

A muy poco tiempo de haber lanzado su marca, son varios los niveles de dificultad a los que Andrea se enfrenta: por un lado, la conceptualización y el desarrollo de piezas modernas que son capaces de sustentarse más allá de las tendencias; y por otro, la introducción de un vestuario con énfasis artesanal de impecable calidad y con innovación en su lenguaje; factores que sin duda, hoy le dan a esta joven diseñadora, la solidez que muchos otros buscan.