CHICKEND 012 from Chickend Video Saloon on Vimeo.
Decidido a comunicar el feelling que desde siempre ha tenido por diseñar ropa, Daniel Anzola dejó de lado sus estudios en Finanzas Empresariales para atender el llamado del Diseño de Moda y, una vez graduado, no dudó en aceptar el reto de construir un proyecto de vestuario masculino. Así, nació hace cuatro años Chickend Clothing Project, una marca con un nombre sonoro que en el fondo, según su creador, encarna un mensaje: no ser cobarde, no tener miedo o para ser más coloquiales no ser “gallinas”; eso, por supuesto, por el lado del Chickend.
En cuanto al Clothing Project, es decir, el contexto en el que se desenvuelve el hombre al que Daniel le diseña, aparecen películas como “El Bueno, el Malo y el Feo”, “Le Mans” o “Midnight Cowboy”. Llegan entonces los automóviles, las motocicletas, las alusiones al viejo oeste o a ciertos niveles de rudeza, propios de los hombres dinámicos y fuertes. Todo esto acompañado por una banda sonora en la que predomina el Rock & Roll de los 60 y las bandas de garaje de la época que aún hoy, le suman rebeldía a los espíritus jóvenes.
Todos estos referentes se unen en el imaginario de la marca para darle vida a unas versiones contemporáneas de Steve Macqueen o Jon Voight en un mundo en el que, como lo propone Daniel, el cowboy urbano es el centro. El universo de Chickend tiene un aire retro y algo de western. Sin embargo, no hay literalidades. Las camisas, por ejemplo, son piezas que reúnen estas dos características y en las que Daniel logra desplegar un elemento de gran interés para él: las infinitas combinaciones que surgen al diseñarlas. Es aquí donde los hombres “sin miedo”, rockanroleros, trabajadores, que valoran lo clásico, pero que son actuales, lucen cualquiera de las versiones que se ajustan a esas ocasiones o roles en los que suelen moverse. Ellos van acompañados por chaquetas de denim, al mejor estilo de un Ryan Gosling protagonizando Drive, o llevan alguno de los maletines o zapatos que también hacen parte del universo de la marca.
No tener miedo, el mensaje implícito que encierra el nombre de esta iniciativa, es quizás la premisa que Daniel Anzola se repite cada día, una y otra vez, al apostarle a un proyecto de vida con el que pretende, además de ser feliz, conquistar un mercado complejo: el de los hombres en nuestro país, quienes son monotemáticos en cuanto al vestir -con todo lo duro y triste que puede sonar esta afirmación-, sumado a las pocas posibilidades que nuestro mercado les ofrece. Es aquí donde nos topamos con una idea como esta, en la que se considera que la masculinidad y la elegancia no riñen, en la que la sencillez, la calidad y el cuidado están presentes en todos los detalles que hacen parte del diseño. Pero, especialmente, una propuesta en la que el coraje y la intensidad con la que se vive la vida se puede expresar a través de aquello que se luce.