Tener la fortuna de ver a un diseñador definir un tema, investigarlo, buscar referentes y materializar una colección, es un privilegio que disfruto inmensamente, y aún más, si este trabajo implica ser testigo del desarrollo de un lenguaje estético que se consolida. Este es el caso de Obsesión, la última colección que la dupla creativa de Pajón & Cartagena presentaron oficialmente.
La firma continúa construyendo un lenguaje de marca y el lujo es una cualidad sobresaliente. En este caso, el merito es doble, pues Andrés y Felipe se han enfocado en un trabajo de cualificación constante de diseño e impecable factura, que justifique llamar a sus prendas, prendas de lujo. De igual forma, Andrés Pajón como propuesta, es pionera en el panorama de nuestro medio en la articulación del vestuario formal y la noche, privilegiando aquellas ocasiones en las que la opulencia se destaca; mujeres enaltecidas desde la silueta y el brillo, una línea de diseño que 8 años atrás prácticamente no existía en Colombia y que hoy esta firma lidera.
Con Obsesión, fui testigo del origen de la idea, del proceso de estudio del tema, de su estructuración y de la materialización de la colección. Una colección sólida en su historia y en su ejecución, pero más allá de esto, Obsesión es un momento clave que escribe no solo elementos que constituyen el espíritu de la firma, sino además, un paso adelante en el lenguaje de Andrés Pajón como marca y propuesta estética en nuestro país.
Texto oficial de la colección:
ANDRÉS PAJÓN
OBSESIÓN – F/W 2013-2014
Desde la periferia, una mujer observa cómo las luces de la ciudad se confunden con las estrellas, ella ama el brillo y lo busca en todas sus formas. Así, nace la primera obsesión que alimenta esta colección; texturas que evocan mapas estelares y el resplandor citadino a través del bordado de las telas y la ornamentación de los vestidos.
Esta historia se cuenta con organzas de la India, sedas estampadas digitalmente y cientos de bordados en lentejuelas italianas, que recrean destellos y brillos constantes en medio de una paleta de siete colores claves; a los tradicionales negro, rojo y dorado, se unen el plomo, el crema, el verde esmeralda y el verde militar.
En cuanto a la construcción de las prendas, aparece otra obsesión para la marca: el drapeado. Gran parte de esta colección está elaborada con este recurso, que hace del vestido un complemento para destacar el cuerpo y, es al mismo tiempo, un homenaje a la cultura grecorromana, a sus dioses y sus soldados.
Esta colección reúne, además, una serie de obsesiones repentinas que surgen a partir de la observación, sutiles gestos femeninos son imágenes recurrentes a los ojos de los creativos de la marca, quienes las retoman para crear looks que destaquen la figura de la mujer para hacerla inolvidable.
Esto es Obsesión, la formalización de una serie de referentes que persistieron en el imaginario de la dupla Pajón – Cartagena; el resultado es una colección que viste a la mujer para que ella mire al mundo durante la noche y brille intensamente con su propia luz.